Aprender un idioma de grandes nos puede resultar intimidante. Pero no debería ser así, porque hay metodologías como la gamificación hacen que aprender un nuevo idioma sea divertido y menos abrumador. Aunque la diversión ayuda, lo ideal es diseñar tu camino de aprendizaje desarrollando buenos hábitos de estudio. Si comparamos el aprendizaje de un idioma con la construcción de una casa, los hábitos son como los cimientos sobre los que se construye la estructura.
«Los hábitos son las pequeñas decisiones que tomas y las acciones que realizas cada día». James Clear, autor de Hábitos atómicos
Hábitos y cómo crearlos
Según una investigación realizada por la doctora Wendy Wood, alrededor del 43% de las acciones que realizamos cada día son hábitos, cosas que hacemos repetidamente en la misma circunstancia y de la misma manera. Esos comportamientos repetitivos constituyen los hábitos. La buena noticia es que los buenos hábitos pueden ayudarte a alcanzar tus objetivos, pero la mala es que los malos hábitos pueden obstaculizar ese proceso.
Crear hábitos es un proceso relativamente sencillo si tenés claro lo que querés conseguir. James Clear, autor de Atomic Habits, sugiere empezar de a poco. Elegí un nuevo hábito que puedas hacer fácilmente y sin esfuerzo, algo que no requiera demasiada fuerza de voluntad. A partir de ahí, aumenta la frecuencia o añadí otro hábito. Por ejemplo, si tu objetivo es caminar una hora por día para mejorar tu salud, empezá haciendo una caminata corta de, digamos, 10 minutos. A medida que te resulte más fácil, alargala gradualmente hasta alcanzar el objetivo deseado. Otra posibilidad es crear el hábito de caminar añadiendo una sesión de estiramiento al terminar.
El contexto es fundamental en la creación de hábitos. El Laboratorio de Hábitos de la Universidad del Sur de California descubrió que la ubicación es una señal contextual clave, ya que los hábitos se fortalecen cuando se producen en un lugar determinado. Por lo tanto, encontrar el momento y el lugar adecuados para adquirir un nuevo hábito ayuda a mantenerlo.
Desarrollar buenos hábitos de estudio
Como ya hemos mencionado, los buenos hábitos te ayudan a conseguir tus objetivos personales, profesionales y académicos. Es esencial exponer claramente tus objetivos e intenciones para decidir qué hábito desarrollar. A veces, la falta de claridad se confunde con la falta de motivación. Además, elegí un momento y un lugar en los que tengas más probabilidades de cumplirlos. El entorno también es importante: por ejemplo, un lugar con un mínimo de distracciones donde puedas concentrarte en tus estudios.
Algunos consejos útiles para desarrollar buenos hábitos de estudio son:
- Establecé un horario regular para repasar o practicar. Buscá el momento del día en el que tengas menos probabilidades de distraerte y asegurate de no estar demasiado cansado o hambriento. Recodá que alimentar el cuerpo es tan importante como alimentar la mente.
- Comprometete a hacer minisesiones, pequeñas sesiones de práctica lingüística, por ejemplo.
- Acostumbrate a eliminar las distracciones: apagar las notificaciones del teléfono, cerrar la puerta y pedir que no te interrumpan.
- Hacé pausas activas durante las sesiones de estudio largas: estirarte, dar un paseo o escuchar música relajante son buenas opciones. Sin embargo, resistí la tentación de mirar tus redes sociales porque puede afectar a tu rendimiento.
- Fíjate un objetivo para cada sesión de estudio, como aprender una lista de verbos irregulares.
- Premiate después de una sesión de estudio. Las recompensas pueden ayudar a crear buenos hábitos.
- Diseñá tu entorno. Por ejemplo, pegar notas Post-It con las palabras que querés aprender.
- Escuchá podcasts para mejorar la escucha.
- Realizá las actividades de práctica extra gamificadas de nuestro LMS.