A todos nos pasó. Tenemos un trabajo nuevo y el proceso de selección fue fantástico. A los dos meses, descubrís el lado oscuro de tu jefe. Es un monstruo. O bien, hace mucho que trabajás en una empresa y, misteriosamente, tu jefe se convierte en un ser mezquino. Empezaás a odiar tu trabajo. O peor: tu vida. ¿Qué podés hacer? La respuesta es el managing up.
¿En qué consiste el managing up?
Según Culture Amp, “managing up -gestión efectiva hacia arriba- consiste en utilizar los rasgos de un buen gerente para sacar lo mejor de un empleado. Bien aplicado, el managing up facilita la tarea de tu jefe, así como también su día a día”.
No hace falta ser jefe para crear una atmósfera de trabajo agradable. De hecho, hay conductas que te ayudan a lidiar con un superior obstinado.
1. Actuá con empatía
Aunque es más fácil decirlo que hacerlo, ponerte en el lugar de tu jefe puede llegar a cambiar tu perspectiva del entorno laboral. Quizá tu jefe no sea tan malo como pensás. Acaso esté pasando por un mal momento. Actuar con empatía con tu superior puede resultar en una charla amena y una gestión hacia arriba efectiva.
2. Reconocé las prioridades de tu jefe
A veces, un mensaje ambiguo de tu jefe puede crear malentendidos. Quizá sea para suavizar una noticia difícil de digerir y reducir la tensión y ansiedad en la oficina. Así, el mensaje se pierde y terminás creyendo que una tarea es más importante que otra. El diálogo claro con tu jefe te ayuda a comprender sus prioridades.
3. Hacé preguntas
La capacidad para leer la mente de otros es tan fácil como aplicarse correctamente el protector solar en la espalda. Y con una sola mano. Lamentablemente, los seres humanos (todavía) no tenemos ese talento. Pero sí poseemos el talento de la comunicación eficaz. Lleva cierta práctica aprender cuándo y cómo hacer preguntas pertinentes. Lograr esa habilidad es una parte importante del managing up.
4. Anticipate a posibles reacciones
Estar un paso adelante puede reducir la fricción en el trabajo. Cuando sucede lo inevitable, es bueno saber cómo podría reaccionar tu jefe. Estar preparado te ayuda a reducir tu estrés y el de tus compañeros.
5. Documentá absolutamente todo
Si todo se va a pique, la documentación pertinente te puede salvar del naufragio. A veces, tenés que defender tu trabajo de un jefe difícil por más que trabajes bien y merezcas tu puesto. Poder mostrar evidencia de conversaciones por mail y mensajes puede evitar que te quedes en la calle.
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